martes, 19 de noviembre de 2013

El 19 de marzo y el 2 de mayo de Benito Pérez Galdós.

Lo mio no tiene perdón. En vez de escribir sobre este patriótico episodio desde el lado correcto de los Pirineos, he esperado hasta volver a Francia para hacerlo ¡Ay Don Benito no tengas en cuenta mi traicionera huida al país enemigo!
En realidad hasta me ha venido bien por que, una vez de vuelta en París, me he ido a hacerle una visitilla al responsable del desaguisado. Que si, que será el gran emperador de Francia y su mausoleo en Les Invalides impone muchísimo, pero si hay que plantarle cara... se le planta! Mira Napoleón aquí estoy para restregarte un asunto que se te torció bien torcido.

Claro, el buen hombre en aquellos comienzos del siglo XIX, donde Don Benito sitúa su novela, se paseaba por Europa como servidora por su casa. Una tras otra iba ganando todas las batallas con un único objetivo en mente, derrotar a Gran Bretaña, su gran enemiga. Pero en su victorioso tablero de ajedrez, se cruzó entonces lo que a el le pareció un simple peón a derribar, España.
Bien es cierto que la imagen y la realidad del país no podían ser más desastrosas.  Los miembros de la familia real española no podían ser más incompetentes, rastreros y traidores. ¿Os acordáis? Ya nos enseñó Don Benito en el anterior episodio, La familia de Carlos IV, las intrigas que se gastaban en la Corte las distintas camarillas.

Nuestro protagonista Gabriel fue testigo de todos aquellos tejemanejes del futuro Fernando VII para arrebatarle la corona a sus padres. Pero bien escarmentado de aquellas aventuras, ahora econtramos a Gabrielillo trabajando en una modesta imprenta intentando ganarse la vida honradamente. Atrás han quedado sus ansias de grandeza y su único objetivo es casarse y vivir felizmente junto a su adorada Inés. Sin embargo sus sueños están lejos de cumplirse. A la aparición de unos intrigantes familiares de Inés, que intentan separar a la pareja, se une la convulsa situación política que atraviesa el país.


Motín de Aranjuez que se saldó con la caída de Godoy.
Tras la desaparición de Godoy y la huida de los Reyes, la situación no es la más adecuada para el amor y los planes a largo plazo, sino para el enfrentamiento. Y es que ante el vacío de poder y la presencia cada vez más numerosa de franceses en la capital, un protagonista indiscutible va a hacer su entrada cambiando el curso de los acontecimientos. No se trata de un rey ni de una figura destacada, sino de miles de héroes anónimos; los habitantes de Madrid dispuestos a tomar las riendas de la situación.



Para tomarme una tila! Así me he quedado después de terminar este episodio. Desde que le conocimos en Trafalgar, hemos vivido con Gabriel enfrentamientos bélicos, enredos, amoríos e intrigas cortesanas. Pero la intensidad con la que Pérez Galdós narra los sucesos históricos que vertebran este episodio, el Motín de Aranjuez y el Levantamiento del dos de Mayo, no puede dejar indiferente a nadie. 


Estampas de los sucesos del 2 de Mayo
por las calles de Madrid
En esta ocasión la trama novelesca tiene una importancia mayor que en los episodios anteriores; por eso no podemos evitar sentirnos aún más cerca de los personajes ante los trágicos sucesos a los que se ven enfrentados. Las revueltas, el caos y la violencia, terminarán condicionando el destino de Gabriel y de Inés, del bueno de Don Celestino y del valiente Chinitas entre otros.
También de los poderosos, como Godoy a cuyo trágico final asistimos de primera mano, o del "deseado Fernando" que termina siendo engañado por Napoleón. Pero no son estas grandes personas las protagonistas de este episodio. Con gran acierto Don Benito da ese papel al hasta ahora callado y expectante pueblo madrileño. 

Si en La corte de Carlos IV Galdós denunciaba la corrupción de las élites gobernantes, esta vez vuelca su análisis hacia la capacidad de acción del pueblo; una fuerza capaz de sacar al mismo tiempo lo mejor y lo peor del individuo. Así , como vemos en el Motín de Aranjuez, la ira incontrolable de la multitud es capaz de sacar lo peor de las personas en forma de pillajes y violencia. Es brillante como Galdós muestra que una masa de población ignorante puede ser facilmente engañada y manipulada por cualquiera a fin de llevar a cabo sus planes. Aquel 19 de marzo de 1808, Fernando jugó bien sus cartas contra Godoy y el pueblo fue el encargado de hacerle ganar la partida.


Alegoría de la invasión francesa. British Library.
Pero al mismo tiempo, cuando el conjunto de la población se une en torno a una idea, ante la defensa de un ideal común, no hay enemigo grande que consiga detenerlo. De esta forma ilustra Galdós como el odio hacia el invasor francés hizo de los habitantes de Madrid el mejor ejército de defensa de la capital.

"Águila francesa, ni aún te han de valer las alas, si despierta el León de España".
Al ver esta ilustración en uno de mis libros, supe que no encontraría una frase mejor para describir este Episodio. Napoleón juzgó la situación de España a través de la débil figura de sus gobernantes. Pero equivocó su análisis. El león dormido no era "el deseado" Fernando, sino el pueblo español, que ya en alerta, estaba dispuesto a despertar y a empuñar las armas.

Con el Levantamiento del dos de Mayo se alcanza el punto álgido de este Episodio. En medio de las cargas de las tropas francesas uno se ve corriendo por las calles de Madrid al lado de Gabriel y de la Primorosa, asustado y expectante ante el desenlace del enfrentamiento.
Y cuando piensas que ya no es posible ver más horror, llegas a la última página y a la montaña del Príncipe Pío. Ahí está el desenlace que andas buscando y no puedes evitar negar que sea cierto.

Todos los que hemos leído la novela estamos de acuerdo...Es imposible dejar los Episodios una vez has empezado su lectura. Los ya iniciados queremos saber que ocurrirá con los personajes y queremos rememorar esa convulsa Historia de nuestro país, que en manos de Galdós se convierte en un relato apasionante de lo que fuimos y en el espejo de lo que somos.

PS. Con las ganas que teníamos de seguir leyendo los Episodios, se ha organizado la lectura del siguiente, Bailén, para estas Navidades. En el blog de Mónica podéis leer todos los detalles. Y mirad que banner más chulo ha creado Mork para la ocasión. Muchísimas gracias!
 Y de nuevo Isi, perdona por no haber podido publicar la reseña el día que me tocaba...Juro por Don Benito que será la primera y la última vez :)

Felices lecturas a todos! Que bien estar de vuelta y perdonad por no haber contestado a vuestros comentarios. Enseguidita pongo al día este rincón :)

6 comentarios:

Unknown dijo...

Yo creo que nunca es tarde. Lo importante al final es la reseña y esta además nos sirve de recordatorio porque dentro de nada estamos con Bailén. Es increíble lo que hemos descubierto con Don Benito y que estaba ahí esperando a que alguien se decidiera a recordárnoslo.
Un saludo.

Seri dijo...

Los Episodios Nacionales son mi asignatura pendiente. Tengo que ponerme con ellos, y leyendo reseñas como ésta, no me faltan las ganas. Ea, ya tengo el primer propósito para el nuevo año. Buscaré Trafalgar sin falta para este 2014.
¡Besotes!

mientrasleo dijo...

Me leí con calma los Episodios Nacionales hace ya algún tiempo y me encantó la experiencia, he seguido leyendo a Galdós, me enamoró su prosa
Besos

Margari dijo...

Qué bueno que todos estéis disfrutando tanto con estos libros. Son buenísimos, desde el primero hasta el último.
Besotes!!!

loquemeahorro dijo...

Creía que me había leído todas las reseñas, pero claro, me faltaba esta. Y sería una pena que me la hubiera perdido porque me ha gustado mucho.

Cuánta razón tienes: todos hemos corrido con Gabriel por las calles de Madrid el dos de mayo y hemos buscado desesperados en los muchos sitios donde se fusilaba tanto a inocentes como a culpable, en la infame madrugada siguiente. Y ahí, ahí es donde se despertó el león.

Pronto veremos cómo se defiende en los siguientes capítulos.

Carm9n dijo...

Angustiosas páginas las últimas que nos dejan de nuevo con el alma en vilo. Menos mal que Bailén está ya a la vuelta de la esquina...
Besazos, Marie!!