Edición de bolsillo francesa. |
La historia comienza a finales del siglo XIX, en la ciudad balnearia de Saratoga; un enclave reputado entre las clases altas de Boston, Montreal y Nueva York por sus aguas termales, sus espléndidos hoteles y las tradicionales carreras de caballos. Es aquí donde conocemos por primera vez a las tres familias protagonistas: los St. George, los Elmsworth y los Closson.
Tres familias unidas por su posesión de fortuna, sus elevadas aspiraciones y por la existencia de hijas casaderas entre sus filas: la bella Virginia y la melancólica Annabel por parte de los St. George; la sensual Conchita Closson y finalmente las inteligentes hermanas Ellsworth, Elizabeth y Mabel. Las cuatro son jóvenes, bellas, vivaces y ricas, pero para desgracia de sus progenitores carecen de unos orígenes familiares lo suficientemente buenos como para emparentar con lo más granado de la sociedad neoyorquina. Esa que Ward Mcallister bautizase en plena Gilded Age como los "Four Hundred".
Todo bascula con la llegada de Miss Tesvalley, la futura institutriz de Annabel; una mujer de caracter, que se ha curtido como empleada de distintas familias de la aristocracia británica. Miss Tessvalley convence a sus nuevos empleadores para que viajen hasta Inglaterra con sus hijas en vistas de presentarlas allí en sociedad con el objetivo de cazar un buen marido. Así es como las cuatro jóvenes desembarcan en el viejo mundo dispuestas a conseguir su objetivo.
Después de haber leído varias novelas de Edith, si tuviera que recomendaros una para empezar, sin duda sería "Las bucaneras". Es arriesgado, ya que la novela quedó sin terminar dado el fallecimiento de Edith en 1937, y fue acabada por otra autora (esta es quizás la única pega que puedo ponerle al libro, la perdida de ironía y del tono agridulce en la última parte, cuando se produce la transición de una a otra autora); pero aún así me reafirmo. "Las bucaneras" es una novela divertida y fresca; llena de ritmo, imprevistos y personajes exuberantes.
Desde el primer momento en el que conocí a las protagonistas me contagié de su buen humor, de la energía propia de su juventud, y me fue imposible no querer saber que ocurriría con ellas una vez terminase la novela. En ese sentido la elección por parte de Wharton de un friso narrativo amplio cumplió plenamente mis expectativas.
A lo largo de las cuatro partes de la novela, separadas entre si por varios años, vemos la evolución de las cuatro amigas y su inmersión en ese viejo mundo en el que se sienten completamente extrañas. Es precisamente ese viaje transatlántico, la experiencia vital de sus protagonistas, lo que permite a Edith describir el encuentro y el choque entre la vieja Europa y la América moderna. La diferencia de valores, costumbres y modales entre ambos espacios queda reflejado en el comportamiento ruidoso, desenfadado, casi salvaje de estas cuatro jóvenes que irrumpen como torbellinos en los viejos y cargados salones de Belgravia.
Es fascinante ser testigo de las conversaciones que mantienen las distintas familias nobles que aparecen en la novela, en relación a las jóvenes americanas. Esas "bucaneras", cargadas de riquezas, pero carentes de modales. "¿Casarse con una americana? Pronto no quedará en Inglaterra una sola familia que no lleve veneno en la sangre" dice uno de los asustados aristócratas.
No os estaré desvelando nada crucial si os digo que al final, y pese a los rechazos iniciales, todas consiguen esposo. Nobles de menor o mayor rango, grandes miembros de la burguesía...las alianzas ventajosas entre ambos continentes quedan así selladas. Unas consiguen sus títulos y otros el capital necesario para mantener su patrimonio ancestral.
Pero mientras Virginia, Conchita y Elizabeth, más superficiales y calculadoras no dudan en sacar provecho de los placeres que su nueva posición les otorga, no ocurre lo mismo con Annabel, la más soñadora e inocente de todas. Los triunfos mundanos y la posición comprada con su nueva fortuna, pronto se convierten en un cúmulo de tristezas y desengaños. Nadie pareció avisarles al salir de Nueva York de que el éxito social y la felicidad no siempre van de la mano. ¿Será capaz Annabel de encontrar su propio camino y tener el valor de romper un compromiso hecho en aras de las obligaciones?
¡Os animo a leerla para encontrar respuestas!
Aunque parezca controvertida, la máxima que apunta "para escribir bien, se ha de escribir sobre lo que se conoce" se adapta a la perfección al universo de Edith Wharton. Edith, una niña y posteriormente una joven solitaria e insegura, nunca consiguió identificarse con el mundo de la alta sociedad neoyorquina en el que había había nacido. Si bien es cierto que se casó y llevó la vida que se esperaba de ella, siempre guardó un punto de rebeldía interna. En el gran salón de la vida mundana, dejó abierta una puerta de escape que la llevaría hacia su independencia económica y su libertad: su carrera literaria.
En sus libros Edith diseccionó un universo que ya ha quedado fijado por siempre entre las páginas de sus novelas. No se trata de meros cuadros de costumbres, si no de historias que consiguen mostrar las bondades y las miserias de las clases privilegiadas. El fasto y el fulgor de una vida acomodada, pero también los subterfugios y trapos sucios de un mundo en apariencia brillante. Solo alguien dotado con su enorme capacidad de observación, su mirada crítica, acerada e inteligente podría haberlo logrado.
"Las bucaneras" aborda un tema que Edith había conocido de primera mano. Entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX fueron muchas las ricas herederas norteamericanas que viajaron a Inglaterra en busca de un título nobiliario. Consuelo Vanderbilt, Mary Goelet, Consuelo Yznaga, Jennie Jerome, Mary Leiter, Nancy Astor, Minnie Stevens...son solo algunas de ellas.
Por eso, si os interesa el tema, estoy segura de que disfrutaréis de lo lindo con la novela. Y si tenéis hambre de más material, os dejo con este documental (pinchad en el título para acceder a él) "Las princesas americanas del millón de dólares", introducido por la mismísima Cora, Lady Grantham (los seguidores de Downton Abbey la conoceréis a la perfección).
Este es exactamente el escenario en el que se inicia la historia, el Grand Union Hotel de la ciudad balnearia de Saratoga, NY. |
Después de haber leído varias novelas de Edith, si tuviera que recomendaros una para empezar, sin duda sería "Las bucaneras". Es arriesgado, ya que la novela quedó sin terminar dado el fallecimiento de Edith en 1937, y fue acabada por otra autora (esta es quizás la única pega que puedo ponerle al libro, la perdida de ironía y del tono agridulce en la última parte, cuando se produce la transición de una a otra autora); pero aún así me reafirmo. "Las bucaneras" es una novela divertida y fresca; llena de ritmo, imprevistos y personajes exuberantes.
Desde el primer momento en el que conocí a las protagonistas me contagié de su buen humor, de la energía propia de su juventud, y me fue imposible no querer saber que ocurriría con ellas una vez terminase la novela. En ese sentido la elección por parte de Wharton de un friso narrativo amplio cumplió plenamente mis expectativas.
A lo largo de las cuatro partes de la novela, separadas entre si por varios años, vemos la evolución de las cuatro amigas y su inmersión en ese viejo mundo en el que se sienten completamente extrañas. Es precisamente ese viaje transatlántico, la experiencia vital de sus protagonistas, lo que permite a Edith describir el encuentro y el choque entre la vieja Europa y la América moderna. La diferencia de valores, costumbres y modales entre ambos espacios queda reflejado en el comportamiento ruidoso, desenfadado, casi salvaje de estas cuatro jóvenes que irrumpen como torbellinos en los viejos y cargados salones de Belgravia.
Es fascinante ser testigo de las conversaciones que mantienen las distintas familias nobles que aparecen en la novela, en relación a las jóvenes americanas. Esas "bucaneras", cargadas de riquezas, pero carentes de modales. "¿Casarse con una americana? Pronto no quedará en Inglaterra una sola familia que no lleve veneno en la sangre" dice uno de los asustados aristócratas.
No os estaré desvelando nada crucial si os digo que al final, y pese a los rechazos iniciales, todas consiguen esposo. Nobles de menor o mayor rango, grandes miembros de la burguesía...las alianzas ventajosas entre ambos continentes quedan así selladas. Unas consiguen sus títulos y otros el capital necesario para mantener su patrimonio ancestral.
Pero mientras Virginia, Conchita y Elizabeth, más superficiales y calculadoras no dudan en sacar provecho de los placeres que su nueva posición les otorga, no ocurre lo mismo con Annabel, la más soñadora e inocente de todas. Los triunfos mundanos y la posición comprada con su nueva fortuna, pronto se convierten en un cúmulo de tristezas y desengaños. Nadie pareció avisarles al salir de Nueva York de que el éxito social y la felicidad no siempre van de la mano. ¿Será capaz Annabel de encontrar su propio camino y tener el valor de romper un compromiso hecho en aras de las obligaciones?
¡Os animo a leerla para encontrar respuestas!
Jennie Jerome, Consuelo Vanderbilt, Adele Grant y de nuevo Consuelo en algunos de sus célebres retratos como ricas herederas. |
En sus libros Edith diseccionó un universo que ya ha quedado fijado por siempre entre las páginas de sus novelas. No se trata de meros cuadros de costumbres, si no de historias que consiguen mostrar las bondades y las miserias de las clases privilegiadas. El fasto y el fulgor de una vida acomodada, pero también los subterfugios y trapos sucios de un mundo en apariencia brillante. Solo alguien dotado con su enorme capacidad de observación, su mirada crítica, acerada e inteligente podría haberlo logrado.
"Las bucaneras" aborda un tema que Edith había conocido de primera mano. Entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX fueron muchas las ricas herederas norteamericanas que viajaron a Inglaterra en busca de un título nobiliario. Consuelo Vanderbilt, Mary Goelet, Consuelo Yznaga, Jennie Jerome, Mary Leiter, Nancy Astor, Minnie Stevens...son solo algunas de ellas.
Por eso, si os interesa el tema, estoy segura de que disfrutaréis de lo lindo con la novela. Y si tenéis hambre de más material, os dejo con este documental (pinchad en el título para acceder a él) "Las princesas americanas del millón de dólares", introducido por la mismísima Cora, Lady Grantham (los seguidores de Downton Abbey la conoceréis a la perfección).
Por hoy nada más. Un fuerte abrazo y muy felices lecturas a todos.
PD. "Las bucaneras" ocupa el año 1938 en mi Century of Books.
PD1. También podéis descubrir la novela a través de la adaptación de la BBC. No es del todo fiel al texto original, pero es bastante entretenida.
PD. "Las bucaneras" ocupa el año 1938 en mi Century of Books.
PD1. También podéis descubrir la novela a través de la adaptación de la BBC. No es del todo fiel al texto original, pero es bastante entretenida.