jueves, 8 de diciembre de 2016

Otoño en Escocia y algunos libros



Señor. Octubre y noviembre han volado del calendario y apenas he tenido tiempo de nada. ¿Tenéis una mudanza en perspectiva? Si la respuesta es si, entonces ¡ánimo! Cuando parece que el caos no terminará nunca, de repente está todo otra vez en su sitio y te sientes de nuevo en casa.

Me hubiese gustado publicar esta entrada mucho antes pero bueno, aquí os dejo por fin algunas notas y fotografías de la escapada que hice a Escocia a finales de octubre (al paso que voy ya os hablaré de Islandia en 2017). Si ya conocéis Edimburgo, espero que este paseo os traiga buenos recuerdos y si todavía tenéis la visita pendiente, no la pospongáis demasiado. Edimburgo es una ciudad fascinante que estoy segura no os dejará indiferentes.

En esta ocasión Jean y yo apenas tuvimos tiempo de pasear y de disfrutar de la ciudad. Llegamos un jueves por la tarde y nos fuimos al día siguiente, así que ya veis, fue más un: "Hey! Nos vemos pronto que ahora tengo prisa", que una verdadera visita. Pero bueno tuvimos tiempo de pasear por la Old Town al atardecer y de visitar el cementerio de Greyfriars; de cenar en un pub de Grassmarket y  de extasiarnos con las vistas en la habitación del hotel, mantita en mano. Todo muy apropiado para una noche otoñal escocesa. 
No se si os ocurrirá a alguno de vosotros, pero tengo que confesaros algo: a mi Edimburgo me fascina y atemoriza a partes iguales. Podéis echarle la culpa a R.L Stevenson, a Burke y a Hare, a Deacon Brodie o, sobre todo, a mi amiga Stephanie (compañera de aventuras en mi primer viaje a Escocia) y a su retahíla de historias de fantasmas escoceses. A la luz del día, todo va sobre ruedas; Edimburgo me maravilla con su sobria elegancia, con sus jardines, y las siluetas de sus castillos a cada extremo de la Royal Mile. Pero al caer la noche, cuando la niebla remonta desde el estuario del Forth y cubre la ciudad, entonces todo cambia. Vienen a mi mente historias de aparecidos que acechan en la oscuridad de los close de la Royal Mile; de asuntos turbios que involucran a ladrones de cadáveres y a otros hombres de ciencia... Es entonces cuando os prometo que no me viene nada mal una pintilla de Strongbow o de Guinness para reforzar el espíritu y aligerarme un poco el ánimo.  Que le vamos a hacer,  son los gajes del oficio de un alma impresionable y romántica.

Como veréis en las fotografías el otoño le sienta bien a Escocia. Bien, es cierto que está majestuosa en cualquier estación, pero hay algo en la atmósfera otoñal que conecta a la perfección con estas tierras.


Cuando llegué a la habitación del hotel y vi esta imagen, me planteé no salir de la terraza hasta el día siguiente.




La catedral St.Giles y el Market Cross de la Royal Mile
Callejeando por Victoria Street (no os olvidéis de entrar en esta tienda Museum Context para conseguir los mejores souvenirs de Escocia) y los close que bordean la Royal Mile.


Bellas lápidas del cementerio de Greyfriars Kirk

Siluetas de la Old Town al anochecer (ahí es cuando empezaba a hacerme falta un
lingotazo de whisky :D)
A la mañana siguiente nos despertamos temprano para disfrutar de un paseo por "The Meadows"

Y por supuesto no podía despedirme de Edimburgo sin visitar alguna de sus librerías. En The Old Town Bookshop eché un vistazo rápido y vi que estaban muy bien surtidos en material sobre la historia escocesa (aficionados, este es vuestro sitio). Pero mi objetivo principal era Armchair Books, una librería de segunda mano que es una auténtico paraíso para los que gustamos de los libros con historia a sus espaldas. La visita prometía y no defraudó en absoluto. Hubiese pasado horas con la cabeza metida entre las estanterías que cubren hasta el último rincón de la tienda. El espacio es exiguo pero ¡vaya colección tienen tras esa puerta verde! Ficción, ensayo, libros ilustrados...tenéis material para todos los gustos y sobre todo ediciones antiguas (como las de Methuen&Co) que harán las delicias de los buscadores de "novelas olvidadas".  

Una vez en posesión de algunos libros, recogimos las maletas en el hotel y nos fuimos a la estación de Waverley para coger el tren hacia Aberdeen. Dos horas y media más tarde Emmanuel y Marion nos recogían para llevarnos a su casita de Tollohill Crescent. Apenas teníamos un día completo antes de viajar a Islandia (de ahí la escala en Aberdeen, para poder despegar los cuatro juntos en un avión de playmobil que ya os enseñaré), pero pudimos dar un buen paseo por Aberdeen y hacer una pequeña escapada a Stonehaven y al Castillo de Dunnottar.

Vista de Stonehaven; el sticky toffee pudding que me comí en The ship Inn; no podía faltar el cuadro dedicado
a Robert Burns en el museo de historia de Stonehaven y finalmente una vista del castillo de Dunnottar antes de
que empezase a llover con ganas.

Poco os puedo contar de Aberdeen, porque apenas pasé una mañana visitándola; pero os puedo asegurar que hace honor a su nombre, la ciudad de granito. Todos sus edificios están construidos con esta piedra y el ambiente general es inconfundiblemente gris.  Aberdeen es una ciudad volcada al mar del Norte, a la pesca y, sobre todo, al petróleo. Emmanuel que trabaja para una compañía petrolífera nos hizo una visita guiada por el Museo Marítimo de la ciudad (gran parte de él está consagrado a la vida en las plataformas) y así pudimos darnos una idea de lo mucho que el oro negro significó y, aún hoy en plena crisis, significa para la ciudad. 

Stonehaven por su parte, es un entrañable pueblecito costero cuya visita disfruté muchísimo. De color gris y carácter robusto, sus casas parecen bien dispuestas para enfrentar las tempestades del Mar del Norte. Tempestades de las que ha sido testigo, a lo largo de muchos siglos, el Castillo de Dunnottar. Su silueta recortada frente al mar es todo lo que uno puede desear de un castillo escocés. Es una lástima que esté en ruinas (me acordé muchísimo de nuestra visita años atrás al castillo de Urquhart), pero darse un paseo por sus torreones merece totalmente la pena. 
Si pasáis algún día por Stonehaven os recomiendo la comida del albergue "The Ship Inn". Su ambiente marinero y sus productos locales os dejarán un muy buen recuerdo de la cocina escocesa (no todo es haggis por esos parajes, gracias a Dios).

Antes de despedirme, os enseño (respetando la tradición) los libros que me traje en la maleta. Como ya os dije por Instagram, los compré todos en Armchair Books y si no llega a ser  porque me iba a Islandia...yo no se la de libros que me hubiese traído de allí. Las ediciones antiguas que puedes encontrar en los altillos de cada estantería son tesoros (eso si, cuidado cuando uséis la escalera de mano; que alguien os la sujete bien mientras andáis por las alturas, porque yo casi me descalabro cuando fui a buscar "Anna of the Five Towns"). 

Al final (con todo el dolor de mi corazón y alegría de mi bolsillo) estos son los únicos libros que me traje: 

- Anna of the Five Towns, una de las primeras novelas de Arnold Bennett.
- Fidelity de Susan Glaspell, uno de los títulos Persephone que tenía en mi punto de mira desde hace tiempo.
- A Book of Comfort de Elizabeth Goudge, un pequeño volumen que contiene una selección de sus poemas favoritos.
- Y para terminar  In search of England de Roy Hattersley, un recorrido por los lugares de predilección del autor, en el que tienen cabida: los paisajes, el arte, los personajes ilustres y las costumbres inglesas. Veremos que tal resulta.


Recién llegados a casa
Ahora si, me despido. Ya lo compartí años atrás con vosotros, pero para la ocasión vuelvo a invitar a mi amigo Charles (véase su alteza) para que recite uno de los más bellos poemas de Robert Burns, el bardo de Escocia. Podéis escucharlo aquí:

"My heart's In the Highlands, my heart is not here,
My heart's In the Highlands, a-chasing the deer"...

Un fuerte abrazo a todos y muy felices lecturas.







miércoles, 19 de octubre de 2016

Septiembre de la A a la Z

Septiembre y los nuevos comienzos...
Hace mucho tiempo que no hago un de la A a la Z, así que... retomemos la vieja costumbre para celebrar Septiembre y la llegada del otoño. 
Junto al mes de diciembre, esta es sin duda mi época favorita del año. Me encanta ver a los niños volviendo al cole mochila a cuestas. La vuelta a la rutina, a las ocupaciones y, al menos por estas latitudes, a ese fresquito que invita a echar mano de calcetines. Papel en blanco, lápices por estrenar y nuevos comienzos; Septiembre siempre ha estado lleno de ellos y este año aún más si cabe. Como ya os dije por twitter, Jean y yo nos mudamos a Lyon en apenas unas semanas; de ahí que estemos aprovechando al máximo nuestros últimos paseos por París.  
Aquí os dejo unas cuantas notas sobre lo que dio de si Septiembre en cuanto a libros, películas y descubrimientos. ¡Empecemos!

A de Alexandra Harris y su espléndido libro "Weatherland". Una  especie de historia de la meteorología y de la forma en que esta influyó en las obras de artistas y escritores británicos que me tuvo ocupada gran parte del mes. Hice tantos y tantos descubrimientos a lo largo de esta lectura que salí de ella maravillada: Ragnarök y el duro invierno anglosajón. Chaucer y la eterna primavera, Daniel Defoe y la gran tormenta de noviembre 1703, William Cowper y su noche de invierno resguardado en casa, Coleridge frente a la tormenta, Turner y la luz, Dickens y la niebla, Hardy y el sonido del viento en el bosque, Virginia Woolf y su historia del tiempo en "Orlando"...muy muy recomendado.

B de Bertrand Van Ruymbeke y su libro "L'Amérique avant les États-Unis". Hasta ahora mi volumen favorito sobre la historia colonial estadounidense era la trilogía "Los americanos" de Daniel Boorstin (yo lo tengo en francés, no se si podréis encontrarlo en castellano). Pero tengo que decir que peligra su supremacía, porque estoy disfrutando muchísimo del libro de Ruymbeke.  Claro y didáctico, es una lectura perfecta tanto para historiadores y estudiantes de Historia, como para los lectores aficionados interesados en el tema. Ensayos como estos, amenos y no por ellos menos rigurosos, son auténticas bendiciones. 
C por la propia cosecha otoñal que voy a hacer con el mini árbol que compré hace unas semanas. Si os digo la verdad todavía no se si es un manzano o una especie de arbusto con bayas (la botánica definitivamente no es lo mío). Pero me encanta tenerlo conmigo en el escritorio. 
Últimos paseos por París. Despedidas de mis cuadros
favoritos, aquí "Le brouillard" de Alfred Sisley.
D por Dorothy Allison y su libro "Bastarda de Carolina". Sin dudo uno de los libros más duros que he leído en mi vida. No se ni como conseguí leer ciertos capítulos sin abandonar el libro. Pero en el fondo me alegro de haberlo terminado. Nunca olvidaré la relación de Bone con sus tíos en especial con su tía Ruth. Como decía su autora en una entrevista: "Aún en medio de la violencia más absoluta, de la mayor pobreza, el amor y la ternura pueden abrirse paso".
E por mi emisión de radio favorita "La Compagnie des auteurs", que en septiembre dedicó una entrega a Jane Austen. Si sabéis francés ¡no os la perdáis!
F por "The Free State of Jones", película protagonizada por Matthew McConaughey (estrenada en septiembre) que me encantó ver en el cine. Basada en hechos reales, la cinta narra la vida del granjero Newton Knight tras la guerra de Secesión estadounidense. Si estáis interesados en la Historia de América no la dejéis pasar.
G de Gudrid Thorbjarnardóttir uno de los personajes femeninos de la saga de Erik el Rojo y de la saga de Los groenlandeses (conocidas como Sagas de Vinlandia). Gudrid es la protagonista de la novela que voy a llevar conmigo a Islandia, "The Sea Road" de Margaret Elphinstone.
H por Rebecca Hussey y esta lista de clásicos "poco conocidos" que es una auténtica mina de oro.
I de Halldor Laxness y la segunda parte de su novela "Iceland's Bell" (publicada en castellano por RBA). Si la primera y la tercera parte me parecieron correctas, la segunda parte me pareció sublime. La dureza del clima, de la vida cotidiana en una Islandia abandonada a su suerte; el carácter de sus personajes, las relaciones que traban entre ellos...maravillosa.
J por Dorothy Wordsworth y su "Grasmere Journal". Después de posponerlo año tras año por fin me he comprado un ejemplar ilustrado de sus diarios. Lo tengo en la mesita de noche y lo voy leyendo poquito a poco. Es un excelente acompañante para estos meses fríos.

Dadle una oportunidad a la no ficción. Buscad un tema que os interese y descubrid los
libros que pueden ayudaros a conocerlo con mayor profundidad. Aprender con ganas sobre
algo que nos apasiona, nunca es aburrido.
K por Katherine Hepburn y por esta frase que no puede representarme mejor: "Heaven to be the first one up and to eat breakfast all alone".
L de Lyon, por supuesto. Tenía muchísimo miedo de que no me gustase la ciudad, pero bastó una sola visita para dejar atrás mis temores. La Croix-Rousse, Fourvière, la Presqu'Île, las orillas del Ródano y Saona, los restaurantes típicos, el ambiente del Vieux Lyon y, como no, Les Brotteaux mi futuro barrio...¡qué ganas tengo de terminar la mudanza y todos los líos para instalarme definitivamente!
M por Marie Laurencin y su retrato de "Madame Paul Guillaume" que podéis ver aquí. En mi última visita al Musée de l'Orangerie me fascinó esta pintura. La paleta de colores, la delicadeza del ramo de anémonas central, el perro (casi un lobo diría) en el regazo de Juliette...
N por el negro y el blanco de "Frantz", la última película de François Ozon que pude ver en septiembre. Las historias ambientadas en las dos guerras mundiales me fascinan (en especial la IGM)  y "Frantz" ha conseguido emocionarme como pocas. Es una película bellísima tanto en la forma como en el contenido y he de hacer una mención especial a Paula Beer, la actriz protagonista, está de diez.
La Ñ ha quedado huérfana.
Willa, fiel compañera de camino.
O de mi nueva obsesión por Pinterest. ¡Qué de inspiración y qué de cosas bonitas puedes encontrar por allí!  
P por "Prairie Dawn" de Willa Cather. Un poema que encontré mientras ojeaba antiguos números de la célebre revista literaria McClure's Magazine (en concreto el número de Junio de 1908). En cuanto lo leí me vino a la mente Alexandra Bergson la protagonista de "Pioneros". ¡Qué gran personaje y que gran novela!
Q por el cuarto movimiento del American Quartet de Dvorak. Pensar en Willa, en Alexandra y en otros pioneros como ellas me hizo pensar en la imagen de un ferrocarril avanzando imparable hacia el Oeste. Tras la ventanilla, una sucesión interminable de campos de trigo, de praderas inmensas y cielos despejados. Escuchad la música y decidme si vosotros también percibís el sonido de un tren que avanza sin tregua.
R por James Rebanks y su libro "La vida del pastor". No perdía la esperanza de verlo publicado en castellano y por fin está aquí. ¡Qué ganas tengo de leerlo!
S de Io Sakisaka y su shojo "Ao Haru Ride". Por fin he podido leerlo completo (gracias a la recomendación de nuestra querida Magrat) y me ha encantado. Si os gustan las historias de amor tiernas, y recordar los tiempos del instituto, os lo recomiendo totalmente.
T por el teashop's ingle nook de este poema de John Betjeman. Un instante de felicidad ordinaria capturado en unas cuantas líneas:  
"Let us not speak, for the love we bear one another-
 Let us hold hands and look.
She, such a very ordinary little woman;
He, such a thumping crook;
But both, for a moment, little lower than the angels
In the teashop's ingle-nook".

U por el regreso del Pumkin Spice Latte. Sobran las palabras.
Mi primer viaje a Lyon.
V de Violetas imperiales, la película protagonizada por Carmen Sevilla y Luis Mariano. En el stand de la exposición que fui a ver sobre el Segundo Imperio francés en el Musée d'Orsay había ejemplares en DVD y ¡qué recuerdos me trajo! ¿Te acuerdas abuelita las tardes viendo zarzuelas en viejas cintas de VHS? La canción del olvido, La revoltosa, El huésped del sevillano y, como no, Violetas imperiales. ¡Cuando baje a casa tenemos que verlas juntas otra vez!
W por Winifred Gerin y dos de sus biografías: la de Charlotte Brontë y la de Elizabeth Gaskell. Las encontré de ocasión en The Abbey Bookshop y no pude salir sin ellas. La biografía que le dedicó a Emily es una maravilla (la tenéis disponible en castellano) y estoy segura de que también disfrutaré con estas.
X por la exposición sobre el Second Empire (1852-1870) que os comentaba antes. Como suele ser habitual en el Musée d'Orsay la exposición estaba muy bien concebida. Un recorrido cronológico a través de varias salas, permite una inmersión total en ese periodo próspero y fastuoso (para las clases privilegiadas evidentemente), denostado y alabado a partes iguales por la sociedad francesa. 
Exposiciones como estas son una de las cosas que más voy a extrañar de París.
Y por esta galería de fotografías de preciosas bibliotecas americanas, empezando por la New York Public Library
y para terminar Z por este artículo sobre la lectura y los lectores de Jaime Fernández

Hasta aquí estas notas que me sirven para cerrar septiembre. Me hubiese gustado publicarlas mucho antes pero, ya veis,  encontrar piso y la mudanza me han llevado completamente loca. 
A estas alturas espero que estéis pasando un muy feliz otoño, lleno de lecturas y pequeñas alegrías. Yo por mi parte acabo de llevarme una muy grande. Mi madre acaba de operarse de un oído (nada grave) y todo ha salido de maravilla. Ya le he mandado miles de besos por teléfono pero también quería mandarle ánimos desde el rinconcito, así que ¡a tope mami, que en nada estás otra vez haciendo de las tuyas!

Un abrazo enorme para todos y nos vemos a mi vuelta de las tierras del norte.

miércoles, 28 de septiembre de 2016

El pequeño mundo de Barbara Pym

Una tarde con Barbara Pym
A principios de septiembre fue "Jane y Prudence", ayer mismo "Less than Angels". En apenas quince días he leído dos novelas de Barbara Pym y, para seros sincera, no rehusaría terminar el mes con ella.  

No os estaré descubriendo América si os hablo de las afinidades lectoras. Un mismo libro, poco importa su fama, puede encontrar defensores y detractores acérrimos. Unos y otros podremos hablar sobre si está mejor o peor escrito; si estamos ante una obra maestra de obligada lectura o una novelita de tres al cuarto, cuya lectura nos rebaja como lectores. Pero más allá de los debates sobre la buena o la mala literatura, peliagudos y a menudo estériles en estos niveles del "lector común" donde nos movemos, yo lo que prefiero es hablar de afinidades lectoras.

¿No os parece que ciertos escritores nos apelan? ¿Qué nos hablan directamente a través de sus novelas, como si por milagro, hubiesen sido escritas especialmente para nosotros? Creo, sin miedo a equivocarme, que muchos de vosotros habréis vivido esa sensación placentera.
Y es que así es, algunos escritores son capaces de crear una atmósfera, un universo personal en el que simplemente nos sentimos a gusto. Os pongo un ejemplo. Uno de mis escenarios favoritos, tanto en la vida real como en la imaginaria, tiene como protagonistas una casa (o un pequeño apartamento) y las personas que viven en ella. En ese escenario disfruto observando estampas ordinarias y realistas, en las que dramas más o menos grandes alternan con pequeños placeres cotidianos. Quizá por eso me gustan tanto las novelas de Barchester de Anthony Trollope, las crónicas de Cranford de Elizabeth Gaskell, los relatos apacibles de D.E Stevenson,  los días pasados en Edimburgo con Alexander McCall Smith, y las intrigas universitarias de Alison Lurie.
Pero de entre todos esos universos literarios (hechos de pequeños grandes nadas), si tuviese que escoger,  optaría sin dudarlo por el de Barbara Pym.

Bien sea en Londres o en algún pequeño pueblo de provincias, existen unas constantes en la obra de Barbara, que la hacen reconocible al instante y a mi me hacen sentir en casa. Sus novelas tienen siempre los mismos protagonistas: profesores e investigadores del mundillo de la antropología, vicarios y sus respectivas esposas, damas de iglesia, secretarias, viudos y en especial mujeres solteras. Todos ellos interactúan en una sucesión de tardes de té, ventas benéficas y otras actividades parroquiales; en comidas de cafetería o en veladas caseras y en tareas domesticas rutinarias. Un mundo pequeño y cerrado en cuyo centro suele situarse una de esas heroínas Pym, que tan bien reflejadas quedan en su novela "Mujeres excelentes". Mujeres de mediana y no tan mediana edad que se debaten entre su apacible soledad y la excitante posibilidad de encontrar un hombre adecuado. "Heroínas" que luchan contra las crisis de la vida taza de té o de Ovaltine en mano.


Unos años atrás os enseñaba esta fotografía con mi colección de novelas Pym.
Todas son ediciones francesas de ocasión que compré durante mis visitas a distintas
librerías. Todavía me faltan cuatro títulos para completarla.
Muchas de las introducciones a sus libros indican que "la voz de Pym es tan personal, su mundo tan reconocible que es posible alegar : ¡Esto es un momento Pym!". Quizá por eso sus novelas despierten tanta admiración en unos y un rechazo en otros lectores.
Quería que esta entrada fuese una muestra de mi afecto por Barbara y una invitación a que la descubrais vosotros mismos, dejando un poquito más claro aquello que podéis encontrar en sus novelas.

Unos días atrás encontré un libro consagrado al estudio de sus novelas, "The Subversion of Romance in the novels of Barbara Pym". En él leía que Barbara escribió diarios y carnets de notas a lo largo de su vida. Los utilizaba como cuadernos de trabajo y en ellos anotaba citas, posibles escenas o tramas de novelas, trozos de conversación escuchados aquí y allá y, en definitiva, cualquier cosa que despertase su interés. En el libro se precisaba que "era ese estado de observación constante en busca de los pequeño detalles e incidentes de la vida, los cuales pese a su insignificancia pueden estar llenos de significado, lo que en gran parte da sentido a sus novelas." Y nunca lo podría haber definido mejor. Solo una persona capaz de disfrutar de los pequeños placeres de la vida, capaz de sentirse  feliz y fortalecida gracias a una buena comida, una digna taza de te o un cotilleo picante, podía haber escrito semejantes novelas.

Como veis el mundo Pym está hecho de pequeñas cosas, y seguramente no satisfará a todos los paladares literarios. ¡No pasa absolutamente nada! Recordad las afinidades lectoras y sed sinceros si no adherís a él. ¡Quién me iba a decir a mi que mi madre no disfrutaría tanto como yo con "Mujeres excelentes"!
Pero de lo que si estoy segura es de que en el caso que disfrutéis con una de sus novelas, habréis encontrado un refugio seguro al que volver una y otra vez. Las novelas de Barbara no son únicamente libros para un mal día.  Su humor inteligente e incisivo; su talento para demostrar que una mujer moderna puede ser capaz de vivir aventuras y conseguir una vida plena, aún cuando los planes no han salido como lo esperado, aún cuando el mundo se reduce a una serie de lugares comunes; y su enorme capacidad de observación del mundo que la rodea, hacen de sus novelas un inestimable testimonio de la vida de las clases medias inglesas de los años 50 y 60.

Barbara Pym
Si sentís la curiosidad de descubrir que es un "momento Pym", entonces corred a vuestra librería más cercana. Tenemos la inmensa fortuna de contar con una nueva edición de "Mujeres excelentes" gracias al buen hacer de Gatopardo. Una editorial a la que quiero felicitar por su trabajo y por su valentía (solo tenéis que echar un vistazo a los títulos de su catálogo). Cuando una editorial decide apostar por alguien como Barbara Pym no puedo más que maravillarme y quitarme el sombrero.

Las novelas de Miss Pym no serán material de best-seller, pero ni falta que les hace. Empecemos por atesorarlas unos cuantos y corramos la voz en busca de nuevos adeptos.

¡Muy felices lecturas a todos!

PD. Aquí podéis leer mis reseñas de "Mujeres excelentes" y de "Some tame Gazelle".

viernes, 9 de septiembre de 2016

Daphne du Maurier y Rafael Sabatini, evasión y aventuras en el mar.

Aquí están escondidos los dos títulos en la foto de familia
veraniega.
Sigo con el repaso de las lecturas veraniegas y esta vez con dos reseñas breves. Los libros que he estado leyendo desde que empezó septiembre me están gustando tanto, que muero de ganas de hablaros de ellos, así que voy a aligerar el paso.

Las dos novelas que os traigo hoy son perfectas para aquellos que estéis buscando una lectura de evasión. Evasión y aventuras no tienen porque rimar con tramas, personajes y estilos simplones. Estas dos historias son buena prueba de ello.

Empezamos con Daphne Du Maurier, una escritora que ya tengo anotada como fuente fiable de satisfacción lectora. Hasta el momento, novela suya que he leído, novela que me ha gustado. The Loving Spirit fue el primer libro que cogí nada más llegar a Alicante. Me apetecía muchísimo leer alguna historia ambientada en el mar, y con esta novela vi colmados mis deseos. Cuatro generaciones de la familia Coombe protagonizan esta saga familiar ambientada en un pequeño pueblo de la costa de Cornualles. 
La historia comienza en 1830 de la mano de Janet Coombe. Janet es una joven impulsiva, independiente y algo salvaje, que siempre está vagando por los  acantilados y los páramos soñando con vivir grandes aventuras. Obsesionada con el mar y los grandes veleros, Janet solo anhela poder embarcarse en uno de ellos para recorrer mundo. Pero muy pronto sus planes se tuercen al conocer a Thomas, un humilde constructor de barcos. El matrimonio pone fin a sus ansias de aventura, aunque no consigue doblegar su espíritu indomable. Este se va transmitiendo de generación en generación, encarnándose en las figuras de su hijo Joseph, quien termina siendo un avezado marino; también en su nieto Christopher, armador de barcos, y su bisnieta Jennifer una especie de reencarnación de Janet encargada de cerrar el círculo. 
A lo largo de cien años, somos testigos de las historias que forjan la vida de los descendientes de la intrépida Janet Coombe. Distintos todos ellos, pero unidos por un estrecho lazo constituido por el amor al mar y a la libertad.

Con esta, su primera novela, Daphne Du Maurier ya ponía los cimientos que iban a caracterizar su obra: su gusto por la aventura y por los personajes apasionados; su talento para conseguir finos retratos psicológicos y, por encima de todo, su enorme capacidad para crear atmósferas sombrías envueltas por la bruma.
Si os gustan las sagas familiares, con sus historias de amor, sus rencillas, sus grandes y pequeños dramas estoy segura de que disfrutaréis con esta novela. Yo le he dado un 4/5 en GR.

Y Captain Blood de Rafael Sabatini es sin duda la novela de aventuras por excelencia. Si sois de aquellos que disfrutasteis en vuestros años mozos (o no tan mozos) con las novelas de Julio Verne, Emilio Salgari, R.L Stevenson y Walter Scott; si, de todas esas historias que solían plagar los salones de muchas casas  gracias a coleccionables o a viejos ejemplares heredados de nuestros padres; entonces estoy casi segura que disfrutareis con Sabatini.  En apenas 250 páginas es capaz de desplegar tal arsenal de aventuras, batallas y giros que apenas parece creíble que funcione. 
La historia se inicia en 1688, cuando el doctor Peter Blood  es arrestado en Inglaterra por asistir a un rebelde herido en la revuelta de Monmouth contra Jacobo II. Condenado injustamente a ser deportado a Barbados, es comprado como esclavo por los Bishop; una de las más influyentes familias de la colonia formada por un tiránico coronel y su bella sobrina Arabella. 
Tras meses trabajando hasta la extenuación en la plantación Bishop, Peter consigue al fin escapar junto a un grupo de fieles compañeros y es entonces cuando inicia su brillante carrera como filibustero; tan brillante que acaba convirtiéndose en el más temido capitán de la Hermandad de la Costa. Pillajes, batallas navales, galeones españoles, traiciones, romance, venganzas...la acción trepidante nos guía de la primera a la última página. La trama es sencilla, los personajes correctos y en algunos casos hasta carismáticos. Si estáis buscando un ratito de evasión, entonces perfecta. 3/5 en GR.


Me encantas las portadas de estas viejas ediciones.
Por hoy, nada más. 
Muy felices lecturas a todos y Bon vent! 

PD. Aquí os dejo la reseña de Jamaica Inn, otra novela de Daphne Du Maurier que disfruté muchísimo.
PD.1 Aquí el enlace para ver la adaptación cinematográfica de Captain Blood. En los papeles protagonistas, Errol Flynn y Olivia de Havilland.
PD.2 Y por último, como estamos en una entrada tan marinera, esta versión alemana de la canción bretona Tri Martolod (tres marineros). ¡Me encanta!

martes, 30 de agosto de 2016

Las bucaneras de Edith Wharton

Edición de bolsillo francesa. 
Con Edith y sus bucaneras empiezo a hablaros de lo que han dado de si las lecturas de este verano. Leí este libro en junio, pero lo tengo bien fresco y recuerdo a la perfección lo mucho que disfruté con su lectura, así que...¡allá vamos!

La historia comienza a finales del siglo XIX, en la ciudad balnearia de Saratoga; un enclave reputado entre las clases altas de  Boston, Montreal y Nueva York por sus aguas termales, sus espléndidos hoteles y las tradicionales carreras de caballos. Es aquí donde conocemos por primera vez a las tres familias protagonistas: los St. George, los Elmsworth y los Closson

Tres familias unidas por su posesión de fortuna, sus elevadas aspiraciones y por la existencia de hijas casaderas entre sus filas: la bella Virginia y la melancólica Annabel por parte de los St. George; la sensual Conchita Closson y finalmente las inteligentes hermanas Ellsworth, Elizabeth y Mabel. Las cuatro son jóvenes, bellas, vivaces y ricas, pero para desgracia de sus progenitores carecen de unos orígenes familiares lo suficientemente buenos como para emparentar con lo más granado de la sociedad neoyorquina.  Esa que Ward Mcallister bautizase en plena Gilded Age como los "Four Hundred". 
Todo bascula con la llegada de Miss Tesvalley, la futura institutriz de Annabel; una mujer de caracter, que se ha curtido como empleada de distintas familias de la aristocracia británica. Miss Tessvalley convence a sus nuevos empleadores para que viajen hasta Inglaterra con sus hijas en vistas de presentarlas allí en sociedad con el objetivo de cazar un buen marido. Así es como las cuatro jóvenes desembarcan en el viejo mundo dispuestas a conseguir su objetivo.


Este es exactamente el escenario en el que se inicia la historia, el Grand Union
Hotel de la ciudad balnearia de Saratoga, NY.

Después de haber leído varias novelas de Edith, si tuviera que recomendaros una para empezar, sin duda sería "Las bucaneras". Es arriesgado, ya que la novela quedó sin terminar dado el fallecimiento de Edith en 1937, y fue acabada por otra autora (esta es quizás la única pega que puedo ponerle al libro, la perdida de ironía y del tono agridulce en la última parte, cuando se produce la transición de una a otra autora); pero aún así me reafirmo. "Las bucaneras" es una novela divertida y fresca; llena de ritmo, imprevistos y personajes exuberantes. 


Desde el primer momento en el que conocí a las protagonistas me contagié de su buen humor, de la energía propia de su juventud, y me fue imposible no querer saber que ocurriría con ellas una vez terminase la novela. En ese sentido la elección por parte de Wharton de un friso narrativo amplio cumplió plenamente mis expectativas. 
A lo largo de las cuatro partes de la novela, separadas entre si por varios años, vemos la evolución de las cuatro amigas y su inmersión en ese viejo mundo en el que se sienten completamente extrañas. Es precisamente ese viaje transatlántico, la experiencia vital de sus protagonistas, lo que permite a Edith describir el encuentro y el choque entre la vieja Europa y la América moderna. La diferencia de valores, costumbres y modales entre ambos espacios queda reflejado en el comportamiento ruidoso, desenfadado, casi salvaje de estas cuatro jóvenes que irrumpen como torbellinos en los viejos y cargados salones de Belgravia. 

Es fascinante ser testigo de las conversaciones que mantienen las distintas familias nobles que aparecen en la novela, en relación a las jóvenes americanas. Esas "bucaneras", cargadas de riquezas, pero carentes de modales. "¿Casarse con una americana? Pronto no quedará en Inglaterra una sola familia que no lleve veneno en la sangre" dice uno de los asustados aristócratas.

No os estaré desvelando nada crucial si os digo que al final, y pese a los rechazos iniciales, todas consiguen esposo. Nobles de menor o mayor rango, grandes miembros de la burguesía...las alianzas ventajosas entre ambos continentes quedan así selladas. Unas consiguen sus títulos y otros el capital necesario para mantener su patrimonio ancestral. 

Pero mientras Virginia, Conchita y Elizabeth, más superficiales y calculadoras no dudan en sacar provecho de los placeres que su nueva posición les otorga, no ocurre lo mismo con Annabel, la más soñadora e inocente de todas. Los triunfos mundanos y la posición comprada con su nueva fortuna, pronto se convierten en un cúmulo de tristezas y desengaños. Nadie pareció avisarles al salir de Nueva York de que el éxito social y la felicidad no siempre van de la mano. ¿Será capaz Annabel de encontrar su propio camino y tener el valor de romper un compromiso hecho en aras de las obligaciones?
¡Os animo a leerla para encontrar respuestas! 


Jennie Jerome, Consuelo Vanderbilt, Adele Grant y de nuevo Consuelo en
algunos de sus célebres retratos como ricas herederas. 
Aunque parezca controvertida, la máxima que apunta "para escribir bien, se ha de escribir sobre lo que se conoce" se adapta a la perfección al universo de Edith Wharton. Edith, una niña y posteriormente una joven solitaria e insegura, nunca consiguió identificarse con el mundo de la alta sociedad neoyorquina en el que había había nacido. Si bien es cierto que se casó y llevó la vida que se esperaba de ella, siempre guardó un punto de rebeldía interna. En el gran salón de la vida mundana, dejó abierta una puerta de escape que la llevaría hacia su independencia económica y su libertad: su carrera literaria.  

En sus libros Edith diseccionó un universo que ya ha quedado fijado por siempre entre las páginas de sus novelas. No se trata de meros cuadros de costumbres, si no de historias que consiguen mostrar las bondades y las miserias de las clases privilegiadas. El fasto y el fulgor de una vida acomodada, pero también los subterfugios y trapos sucios de un mundo en apariencia brillante. Solo alguien dotado con su enorme capacidad de observación, su mirada crítica, acerada e inteligente podría haberlo logrado. 

"Las bucaneras" aborda un tema que Edith había conocido de primera mano. Entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX fueron muchas las ricas herederas norteamericanas  que viajaron a Inglaterra en busca de un título nobiliario. Consuelo Vanderbilt, Mary Goelet, Consuelo Yznaga, Jennie Jerome, Mary Leiter, Nancy Astor, Minnie Stevens...son solo algunas de ellas.

Por eso, si os interesa el tema, estoy segura de que disfrutaréis de lo lindo con la novela. Y si tenéis hambre de más material, os dejo con este documental (pinchad en el título para acceder a él) "Las princesas americanas del millón de dólares", introducido por la mismísima Cora, Lady Grantham (los seguidores de Downton Abbey la conoceréis a la perfección).

Por hoy nada más. Un fuerte abrazo y muy felices lecturas a todos.

PD. "Las bucaneras" ocupa el año 1938 en mi Century of Books.
PD1. También podéis descubrir la novela a través de la adaptación de la BBC. No es del todo fiel al texto original, pero es bastante entretenida.

miércoles, 24 de agosto de 2016

Algunos libros nuevos y campanillas violetas.

Me prometí a mi misma que no compraría muchos libros durante las vacaciones de verano; más que nada por no añadir más cajas de cara a la próxima mudanza. Pero viendo el resultado, me apunto como tarea pendiente el ser más fiel a mis propósitos. Ya sabía yo que me iba a resultar difícil; la obsesión de entrar en cualquier librería, quiosco o mísero agujero donde vendan libros no me abandona. Pero, mirémoslo por el lado positivo, así tenemos material para hablar de nuevas historias.


¡Ya estamos todos en el mini piso!




Cosa extraña en el rinconcito, esta vez abundan las ediciones en español y recién salidas de imprenta (ya sabéis que la mayoría de veces compro ediciones de segunda mano en francés o inglés); pero tengo la esperanza de que me gusten todos y no tenga que lamentar la inversión.

En el apartado clásicos esta vez la cosa va de cuentos franceses. El primero es una colección de cuentos de Guy de Maupassant publicada con el título La bella desconocida y otros cuentos libertinos. Hasta hora solo me he acercado a Maupassant a través de sus novelas, así que ya es hora de animarse con los cuentos. 
Que os puedo decir ¡me gusta tantísimo como escribe el amigo Guy! (si queréis perder el miedo a pronunciar su nombre animaos con: Gui de Mopassán. La mopa de toda la vida y una "s" suave). Si os queréis animar con sus novelas yo os recomiendo "Una vida", que está entre mis favoritas. Aquí os dejo este pequeño recorte de una vieja entrada donde os hablaba de ella. 


El segundo volumen es más escueto y recoge Tres cuentos de Gustave Flaubert. Nuestra Magrat habló de él en uno de sus vídeos y contaba que lo disfrutó mucho, así que espero correr la misma suerte. Será mi segundo encuentro con Flaubert después de "Madame Bovary", leído años a en mi minúscula habitación de la residencia universitaria. Veremos si hice bien en darle tantas largas.

En cuanto a los clásicos modernos, tengo dos en la recámara: Un été indien de Truman Capote (publicado originalmente bajo el título "I remember Grandpa") y La vallée de la Lune de Jack London. El primero es un pequeño relato de escasas cincuenta páginas sobre la nostalgia de un niño al evocar el recuerdo de su abuelo. El segundo es Jack London y eso para mi ya vale todo el oro del mundo. ¿Os he dicho ya lo mucho que estoy disfrutando con sus libros? ¿Si, verdad? Bueno, permitidme que me repita. Yo era una de esas personas que al pensar en Jack London solo veía aventuras con animales en tierras salvajes y ¡menudo error!
Por favor leed "Martin Eden" . Leed "El pueblo del abismo" y luego venid a contarme. Estoy convencida de que volveremos a estremecernos juntos mientras rememoramos esas lecturas. 
"El valle de la Luna" narra la historia de una pareja de jóvenes trabajadores que deja atrás Oakland y las duras condiciones de vida en la ciudad, para instalarse en los valles del Este de California. Ojalá pueda recomendároslo con entusiasmo una vez lo termine.

Le llega el turno a las dos novelas históricas del grupo Mar abierta de María Gudín y Vino y miel de Myriam Chirousse. La primera la compré por puro impulso. Leí Guerra civil inglesa, Caribe, bucaneros y corsarios y... me pudo el ansia compradora. La segunda también la compré en un arrebato, pero de esta si que había leído algunas buenas críticas con anterioridad. Está ambientada en la Revolución francesa y como me gusta perderme por esos tiempos de vez en cuando, se vino a la saca. 
Ya os contaré como resultan ambos.


"Bajo cielos inmensos" es el título con el que Valdemar publicó esta novela
de A.B Guthrie. De momento me está encantando. Se ha ganado el honor de
aparecer con las campanillas que me regaló Jean por nuestro aniversario :)
Y aunque las próximas novelas también podría incluirlas en históricas, prefiero meterlas en el saco novelas del Oeste americano.  Tenía muchísimas ganas de leer El hijo de Philipp Meyer desde su publicación en 2013, pero no me atreví en inglés por aquel entonces. Ahora ya he saciado la curiosidad y, aunque no ha sido todo lo redonda que esperaba, ha resultado ser una buena lectura. 
Narra las idas y venidas de los poderosos McCullough. Una familia de ganaderos y más tarde magnates del petróleo, que representan la esencia misma de la recién inaugurada República de Texas. Por momentos me recordaba muchísimo a "Gigante", la novela de Edna Ferber y posteriormente colosal película. Os contaré un poquito más en el repaso de lecturas veraniegas que estoy preparando. 
En cuanto a La captive aux yeux clairs de A.B Guthrie, es todo un clásico de la literatura del Oeste que estaba deseando leer. Aquí podéis leer la sinopsis. 

Para el final dejo la recomendación que me hizo hace ya varios meses mi querida María, La librería ambulante de Christopher Morley. En la sinopsis preguntan "¿Cree en la literatura como forma de consuelo, pero también como invitación a la felicidad? ¿Cree en los libros como amigos y maestros? ¿Cree en el "amor verdadero"? Si es así, La librería ambulante es su novela". Viendo mis respuestas, me da en la nariz que este va a ser uno de esos libros que guardaré con cariño en la estantería y atesoraré para toda la vida. 

Y hasta aquí los últimos libros de la maleta. Han viajado conmigo desde Alicante, Narbona y Montpellier; y lo cierto es que no me arrepiento de haber hecho músculo con ellos. Ahora son ellos los que me están haciendo viajar y eso si que no tiene precio.

¡Muy felices lecturas a todos!

Y a ti Jean, gracias por las flores. Alegres, sencillas y perfectas. Gracias por caminar conmigo durante estos catorce años. Sigamos alargando el paseo, que aún me ha parecido demasiado corto. 

A summer night de Harold Harvey