jueves, 11 de septiembre de 2014

La tierra de los abetos puntiagudos de Sarah Orne Jewett

"Si se me pidiera que nombrase tres libros norteamericanos con posibilidades de tener una larga, larga vida, de inmediato diría  La letra escarlata, Huckleberry Finn, y La tierra de los abetos puntiagudos. No puedo pensar en ningún otro que pueda afrontar el paso del tiempo y los cambios con tanta serenidad".

Estas líneas, escritas por Willa Cather en el prólogo que abría le edición de 1925 de La tierra de los abetos puntiagudos, muestran hasta que punto consideraba importante la obra de Sarah Orne Jewett
Igualarla a la categoría de Mark Twain o Nathaniel Hawthorne, novelistas que supieron captar como pocos el espíritu americano, puede parecernos incluso exagerado; pero cuando uno conoce a Cather, es más que probable que se fíe de su criterio.
Antes de empezar a leer es inevitable que surja la duda ¿qué puede tener esta novela de escasas noventa páginas para ser considerada un símbolo de la literatura americana? 

"Poca cosa", dirá el lector apresurado; "solo una historia sencilla" responderá el que no intenta mirar bajo la superficie. Yo podría empezar diciendo: ésta, al igual que las obras de Hawthorne es una genuina historia de Nueva Inglaterra, del carácter reservado de sus gentes. En esta ocasión las de un pequeño pueblecito de la costa de Maine, Dunnet Landing.


Vistas de la Costa de Maine.
A él llega una mañana de verano una escritora en busca de inspiración.  Mientras se hospeda en casa de Amira Todd, una señora viuda conocida en todo Dunnet por sus habilidades con las plantas curativas, la recién llegada irá adentrándose poco a poco en la vida del pequeño pueblo y sus curiosos habitantes.

Cada visita, cada taza de té, invita a las mujeres de mayor o menor edad y a los viejos marineros de Dunnet a desvelar sus más profundos secretos; y así, en el tiempo que dura un verano, la escritora no solo encontrará la inspiración que andaba buscando, sino un refugio donde habita el calor y la sabiduría humana. 


Creo que hasta la fecha este ha sido el libro en inglés que más me ha costado leer. Si se hubiese tratado de otra historia, quizá lo hubiese dejado a un lado, pero cuando después de una sola página, es tan bello lo que lees que incluso te arrancas a leerlo en voz alta, no hay esfuerzo demasiado grande.
Primera toma de contacto de la protagonista con el precioso
paisaje que rodea Dunnet Landing
¿Veis la fotografía de arriba, los cuadros que ilustran la entrada? No son nada comparado con las imágenes que Sarah Orne Jewett crea a través de palabras. Si, esta es una obra costumbrista, no existe denuncia ni crítica social entre sus páginas.  
No encontrareis en ella una trama complicada ni golpes de efecto, solo un precioso testimonio del estilo de vida de las gentes de Maine a finales del siglo XIX
La historia de gentes sencillas presentada a través de su mundo cotidiano.

A mi me encantan este tipo de historias que exploran la vida doméstica de sus personajes: ahí quedan fijadas en el tiempo las labores de cocina y jardinería, los trabajos de aguja o de pesca, el modo de celebrar un encuentro alegre u otro tan triste como un entierro.
Entre las páginas de La tierra de los abetos puntiagudos ha quedado preservado para siempre un grupo de mujeres luchadoras que, a pesar de los vaivenes de la vida, consiguen salir adelante. Asistir a sus conversaciones es un placer para los sentidos y, sobre todo, una puerta abierta al aprendizaje si hacemos nuestros sus sabios consejos.

Esa es la grandeza de este pequeño libro, la inmensa humanidad que transmiten sus personajes. Podríais cogerlos con los dedos y depositarlos en cualquier parte del mundo, en cualquier época. Cambiaría la forma de vestirse o de comer, los chistes o la forma de sus casas, pero en todas partes encontrarías personas como la generosa Señora Todd o el tímido William; ancianas tan adorables como la señora Blackett que a sus ochenta años sigue conservando la vitalidad y el espíritu de una niña o el anciano marinero Elijah Tilley que saca fuerzas de donde puede para superar la perdida de su adorada esposa.


El viaje en barca hasta Green Island.
A través de su narradora, dice Sarah Orne Jewett, "en la vida de cada uno de nosotros, existe un lugar remoto y aislado, entregado a un pesar perpetuo o a una felicidad secreta".  Ser testigo de las penas y alegrías de los habitantes de Dunnet y la forma en la que los comparten entre ellos, nos enseña lo importante que es disfrutar de momentos de soledad y reflexión; pero también lo esencial que es entregar una parte de nosotros a los que nos rodean, a disfrutar de la compañía y el reconfortante auxilio de un oído que nos escucha.

Sarah O. Jewett visitó realmente un pueblecito de Maine, Martinsville y allí escribió su historia. No se si en su camino se cruzaron personas reales que la inspiraron y acabaron convirtiéndose en los personajes de su novela; lo que si sé es que en sus paseos llegó a conocer a la perfección cada colina y cada abeto; la línea de la costa y como la luz cambiante la trasformaba a lo largo del día; después como un pintor impresionista supo captarlo magistralmente en sus páginas. 
Por eso si tenéis bien abiertos el corazón y los sentidos, estoy segura de que no lamentareis haber viajado hasta Dunnet Landing.
Para mi ha sido un coup de coeur en toda regla.

¡Un abrazo y muy felices lecturas!

PD. Sarah Orne Jewett escribió cuentos infantiles y relatos desde muy joven. Aquejada de salud, nunca fijó el matrimonio entre sus objetivos y se consagró completamente a la literatura. En 1896, cuando contaba 47 años, apareció publicada por entregas La tierra de los abetos puntiagudos en la prestigiosa revista The Atlantic Monthly. Fue el mayor éxito de su carrera. 
PD1. La novela ha sido publicada en castellano en la Biblioteca Javier Coy d'estudis Nord-americans (Universitat de Valencia). ¡Que alegría descubrirlo!

22 comentarios:

Laura dijo...

¡Hola, Marie!

Qué ganitas me han entrado de leer este libro! No lo conocía así que te agradezco mucho que me lo hayas descubierto :-) Siempre me han gustado las historias de personajes y este libro parece perfecto para mí. Ahora mismo estoy hasta arriba con las lecturas universitarias, pero cuando tenga un hueco me haré con él :-)

¡Muchas felicidades por esta bonita entrada!

¡Un beso muy grande!

Marisa C dijo...

Me gusta mucho lo que cuentas de esta novela, Marie, pero mucho. No me va a quedar más remedio que incluirla en la lista de pendientes ;D. Abrazos.

Ana Blasfuemia dijo...

Ya viniendo avalada por Willa Cather, que me gusta mucho, sería suficiente para que se me encendieran todas las luces del entusiasmo. Pero después de leerte a ti, es que no puedo por menos que ponerla aaaaarriba de la lista, y teniendo en cuenta que tengo previsto un par de viajes que incluyen buenas librerias... Todo lo que cuentas entra dentro del tipo de libros que me gustan y mucho: encontrar lo bello que está escrito desde la primera página, las gentes sencillas en su día a día cotidiano, mujeres luchadoras y sus conversaciones, el disfrute de la soledad y la reflexión... Me voy a Dunnet Landing, gracias Marie.

Abrazo!

Maribel dijo...

No conocía a la autora, pero lo que cuentas promete. Me gustaría leerlo, pero eso sí, que sea en castellano, y perderme en ese pueblecito con sus habitantes, ¿Al estilo de Cranford?
Un beso ;)

DORCA´S LIBRARY dijo...

Es difícil resistirse a buscar el título que nos sugieres. Primero por la pasión que pones al hacerlo, y segundo porque el libro parece ser bellísimo. En lo que comentas que la autora se detiene en las descripciones de las pequeñas cosas, me recuerda un poco a Rosamunde Pilcher, aunque quizás literariamente Sara Orne puede ser más completa, sobre todo si Willa Cather, que es una de las grandes, la ha recomendado.
He tomado nota, y voy a intentar localizarlo.
Un abrazo, Marie.

Margari dijo...

Tampoco conocía a la autora. Y lo que nos cuentas, me gusta mucho, así que no me importaría nada leer este libro. Pero in spanish, please...
Besotes!!!

Isa-janis dijo...

La verdad es que no conocía ni la autora ni la obra. Pero nada de nada, no me sonaba u.u
Pero bueno, la verdad es que a mi también me gusta mucho la novela costumbrista. Sí que es verdad que si solo leyera ese tipo de novela acabaría harta, pero muchas son las veces que tu mente necesita un lugar donde reposar y todos los libros de historias trepidantes o dramáticas o en las que pasan mil cosas no ayudan. Me ha recordado un poco a Cranford de Elisabeth Gaskell, pero en un pueblecito de Maine.
Si lo encuentro en español (dudo tener nivel para leerlo en inglés) seguramente lo lea.

Gracias por la reseña :)
¡Un beso!

Lourdes ILGR dijo...

Me ha intrigado conocer este libro. Lo tendré presente.
Un beso.

Marie dijo...

¡Hola Laura!
Me alegro de que te haya llamado la atención, si te gustan las historias con personajes que dejan huella, seguro que te gusta esta novela, cortita pero preciosa.
Eso si antes que nada, las lecturas de la Uni, que tienes que demostrar lo mucho que vales a las académicos :)
Mil gracias por tus palabras y ¡otro beso grandote para ti!

Marie dijo...

Marisa, me hace muy feliz que te haya gustado. Al final si juntamos nuestras listas de pendientes vamos a dar mil vueltas a la Tierra :)
Un abrazo.

Marie dijo...

Ana ojalá que el viaje a Dunner te resulte tan especial como a mi. De mi puedes recibir malos consejos seguro, pero de Willa…eso está más difícil :) Ahora sin bromas, creo que puedes disfrutar mucho de este pequeño libro, todo lo que has apuntado, y que te gusta, es lo que vas a encontrar.
Mil gracias a ti por tus comentarios Ana. No veo el momento de ponerme al día con tus entradas. Me habré perdido un montón de libros que anotar. Un abrazo.

Marie dijo...

Si Minea, mejor en castellano, porque de verdad que en inglés cuesta un poquito, tiene tantos adjetivos y especies de flora y fauna distintos que acabas perdiéndote.
El pueblecito de Dunnet verás que es mucho pero muchísimo más silencioso que Cranford. Las señoras son más calmadas, guardan más secretos y el paisaje no es tan apacible como la campiña inglesa.
Ya me dirás que te parece el viaje a Nueva Inglaterra :)
Un besito para ti también :)

Mónica-serendipia dijo...

Me gusta muchísimo la novela americana que constituye casi una crónica de tiempos pasados en el continente del otro lado del oceáno. Así que me la llevo bien anotadita, sobre todo después de haber abierto apetito con Wallace Stegner o Iván Doig. Bss

Pilar dijo...

Marie!
Un coup de coeur! Tengo que leerla! Demasiados halagos, demasiadas cosas buenas, voy a buscarla. Por la temática estoy segura de que me va a gustar.
Aunque la otra novela que era coup de coeur, Stoner, no me identifiqué mucho con él, creo que no logré entenderlo, pero con ésta será diferente!!
Te mando un abrazo! :)

Carm9n dijo...

Wow, Marie, qué atractivo. Esa vida doméstica y sus entresijos de lugares oscuros y otros más felices me encanta. Entiendo que le gustase a Willa Carther con esas mujeres luchadoras de fondo. Voy a ver si está en Project Gutenberg, que 90 páginas me las puedo imprimir. Por cierto, no acierto a entender la dificultad que mencionas en l traducción. Ya veré cuando me ponga...
Un beso, Marie, y muchas gracias por tus visitas!

Carm9n dijo...

Sí, Marie, lo he encontrado en Project Gutenberg!! Esta semana me pongo con el libro...
Besines,

Unknown dijo...

Qué bonito cuantas las cosas Marie!!! Leyéndote me ha apetecido un montón descubrir esta historia. Si es que no hay nada que me pueda gustar más que un relato de lo cotidiano, donde parece que no pasa nada pero que en realidad está lleno de detalles y de historias interesantes. Me encanta leer este tipo de libros!!! A ver si lo encuentro en castellano y puedo ponerme con él!! Gracias por el descubrimiento!! Besines!

Marie dijo...

Dorca's como me alegro de haber podido transmitirte, aunque sea un poquito, de la belleza de este libro. De verdad que es como contemplar un paisaje al que tenemos cariño o una de esas pinturas que tenemos en la lista de favoritas.
Tienes razón y la comparación con Rosamunde Pilcher, en lo referido a la descripción de la vida cotidiana, puede ser muy acertada. Si lo lees, verás que la diferencia está en lo que calla Sarah Orne. En su libro todo es sútil, lacónico pero vale como capítulos enteros de otros libros.

De corazón espero que lo disfrutes.
Un abrazo grande.

Marie dijo...

Espero que lo disfrutes si le das una oportunidad Margari :)
Muchos besitos!

Marie dijo...

Isa, Lourdes, Mónica, Pilar, Carmen y Jane, muchísimas gracias por vuestros comentarios; creo que conociéndoos un poquito podéis disfrutar todas de la pluma de Orne Jewett. Tiene un poquito de Crandford, si, pero en un pueblecito menos concurrido y con unas protagonistas más silenciosas.
Será una lectura perfecta para evadidos en soledad y aprender a disfrutar de la belleza que nos rodea a cada instante :)
¡Que lo disfrutéis chicas y un beso muy grande!

Marsar dijo...

¡Qué bonito lo que cuentas! Acabas de descubrirme una autora nueva para mí, y ya estoy deseando viajar a Maine en su compañía gracias a tus palabras.

Saluditos :-).

Marie dijo...

Me alegro que te haya gustado Marsar. Ojalá disfrutes del viaje a Maine :)
Un beso y ¡muchas gracias por tu comentario!