lunes, 29 de febrero de 2016

Una ronda de libros nuevos

Luz de lluvia, café y libros. 
Esta mañana he hecho como Mrs Dalloway y me he comprado yo misma las flores. Cuando he pasado por delante de la floristería y he visto los ramos de tulipanes no he podido resistirme. Me los he traído a casa envueltos en papel de estraza, los he colocado en el florero y, al verlos tan bonitos, he decidido aprovechar la ocasión para enseñaros los últimos libros que han ido llegando a casa. La pobre estantería llevaba semanas haciéndome señales: "¡Bonita! ¿Sabes que tengo nuevos inquilinos y hace tiempo que no los sacas de paseo?". Así que aquí me tenéis, con mi tazón de café, los libros nuevos y la foto que inmortaliza el momento. Siento la luz escasa, pero que le vamos a hacer, hoy es otro de esos días grises.

Como veis, todos los ejemplares que tengo para enseñaros son de bolsillo y, a pesar de estar bastante decentes, todos son de ocasión (exceptuando el librito que corona la pila). Os los enseño con más detalle.


- The House on the Cliff de D.E Stevenson. Si, otro Stevenson. ¡Pensé tanto en Laura cuando lo compré! Ella que recientemente ha confesado que la buena Dorothy no le hace mucha gracia. Y mira que la entiendo. 
Con las novelas de Stevenson no descubriréis América, los temas y las situaciones tienden a repetirse constantemente; el estilo tampoco es una maravilla que digamos y, aún así, yo no puedo evitarlo ¡sus libros me hacen sentir tan bien! Aunque a veces pongo el grito en el cielo con tantas situaciones idílicas, siempre encuentro algo encantador en ellos. Fijaos, en "The House of the Cliff" Elfrida Jane, actriz londinense de 21 años, recibe la sorpresa de su vida cuando descubre que acaba de heredar una vieja casa frente a un acantilado. Una nueva vida la espera lejos de Londres y ¿será capaz de encontrar en ella la felicidad? Ya os digo yo que si, pero ¡que no me falte un buen stock de finales felices!

- Poemas de William Wordsworth, edición bilingüe de bolsillo inglés- francés. Me crucé con esta edición y no pude resistirme. Llevo años leyendo sus poemas por internet, desperdigándolos por mis libretas y agendas; y ahora, por fin lo tengo físicamente en mi estantería. Wordsworth es uno de mis poetas favoritos. Un romántico capaz de captar la belleza de las cosas efímeras, que me habla a través de los siglos. Algún día pasearemos juntos por la tierra de los lagos. Algún día.


- Memorias de una joven formal de Simone de Beauvoir, ya era hora de empezar a leer las memorias de Simone. Cuatro volúmenes que empiezan con este, en el que la escritora evoca su infancia en el seno de una familia católica y burguesa. Un mundo cerrado que esperaba de ella cumpliese las expectativas de convertirse en una joven formal. Algo contra lo que Simone pronto se rebelará. 


Así lucía Shakespeare and Company
en mi última visita
- Le chapeau de Vermeer, le XVII siècle à l'aube de la mondialisation de Timothy Brook. 
Andaba buscando títulos sobre los intercambios comerciales y culturales en la edad moderna entre Europa y el lejano Oriente, cuando di con este libro. Que apareciese Vermeer en la portada y en el título ya era un punto a favor y leer la sinopsis hizo el resto: "Desvelar, a partir de seis pinturas de Vermeer y una cerámica, el mundo en mutación del siglo XVII es el objetivo de este magnífico libro saludado unánimemente por la crítica. Un simple cuenco de fruta en La lectora en la ventana nos conduce hacia las rutas del comercio marítimo de la famosa porcelana azul y blanca china. Un suntuoso sombrero de fieltro en el Oficial y joven riendo nos lleva a descubrir, entre los vastos espacios canadienses, las hazañas de los tramperos franceses y sus aliados hurones. Un total de siete viajes fascinantes que muestran la amplitud de los intercambios culturales y comerciales entre el Este y el Oeste en los albores de la mundialización." Acabo de empezarlo y me tiene fascinada. 

- La niña de nieve de Eowyn Ivey. Llevo queriendo leer este libro desde su publicación en 2012, pero por unas cosas u otras es hoy cuando le llega su oportunidad. Esta es la historia de Mabel y Jack, una pareja que se ha refugiado en los silenciosos bosques de Alaska para luchar contra el dolor y la pérdida. Allí, lejos de todo, la extraña aparición de una niña misteriosa y salvaje cambiará para siempre su existencia. Un cuento cargado de magia y, ambientado en el frío, será perfecto para estos últimos días de invierno.

- L'histoire de Bone de Dorothy Allison. Y de la magia a la cruda realidad. Violenta, sombría. Este es el relato de una infancia rota en el sur profundo de los Estados Unidos. La historia de la pequeña Bone y la del resto de su familia; una de tantas entre las desheredadas del sueño americano. Cuando leí la sinopsis me recordó muchísimo a otro libro sobre una infancia difícil que leí hace muchísimos años, "El castillo de cristal" de Jeannette Walls. Si no lo habéis leído os lo recomiendo de corazón. Es inolvidable. Veremos si la historia de Bone también se queda conmigo.

Una vuelta por la Inglaterra de principios
del XX, siempre es una buena idea.
Guard your daughters de Diana Tutton. Es la apuesta ciega entre mis compras. No conozco a la autora y apenas se de que va la historia ya que la edición no tiene sinopsis; pero cuando lo tuve en la mano me di cuenta de que el ejemplar pertenecía a la misma editorial que Patricia Brent Spinster, un libro que me encantó, así que me lo llevé. Lo compré en The Abbey Bookshop y en cuanto llegué a casa escudriñé sobre la novela; las protagonistas son cinco hermanas de una excéntrica familia. Me gustan las historias de hermanas y si son raritas, mejor que mejor. Ya os contaré.


The Go-Between de L.P Hartley Y para terminar el único libro que compré nuevo. El impulso y la necesidad de tenerlo conmigo se le debo a mis queridas Minea y Magrat. Ambas hablaron maravillas de la novela y de su adaptación a la pantalla, así que fiándome como me fio de sus gustos, les doy miles de gracias por descubrírmela (aquí y aquí os dejo sus entradas). Estoy casi segura de que voy a disfrutar de esta historia en la que un hombre mayor rememora su infancia en Norfolk a principios del siglo XX. Podéis encontrarlo en castellano en la colección Pre-textos.

Y hasta aquí mis últimas incorporaciones de enero y febrero. Espero que algún título haya despertado vuestra curiosidad y si los habéis leído y os apetece, contadme que os parecieron en los comentarios. Que despidáis con muy buen pie febrero y que empecéis aún mejor marzo.
¡Muy felices lecturas a todos!

viernes, 19 de febrero de 2016

Algunas notas de invierno

From a Hampstead Window de Charles Ginner
Quizá os suene esta pintura de la portada de
Una chica en invierno.
Y de un soplido diciembre y enero han volado del calendario. Como suele pasar cada vez que bajo a España, he dejado el rinconcito algo abandonado; pero ya estoy aquí para ponerle remedio. A lo tonto a lo tonto ya estamos a mitad de febrero y la maquinaria lectora no ha parado durante las vacaciones, así que vamos allá.

Me encantaría poder decir que estos pasados meses fueron fríos, y que le di buen uso a abrigos, bufandas y demás parafernalia invernal; pero, para que engañaros, apenas he tenido que abrigarme en este invierno cálido y extraño, en el que hasta han florecido los almendros. 

Quizá, lo más sensato hubiera sido adaptarse a esta primavera adelantada, pero como disfruto tanto de las costumbres "del frío" no he querido privarme de ellas. No he renunciado a las tazas de chocolate caliente, ni tampoco a las raclettes de rigor. He hibernado en el sofá y paseado con la manta a cuestas por mi casa, como si fuera una capa. Vamos, ni Napoleón en su coronación estaba tan majestuoso.

Pero, para vivir algo parecido a un invierno riguroso, no me ha quedado otra que limitarme a alguno de los libros que he llevado entre manos. Por momentos envidiaba a Susan Hill y a las descripciones que hace en "The magic Apple Tree", un libro en el que, estación tras estación, narra sus experiencias como propietaria de un pequeño cottage. El invierno, estación que abre el volumen, es especialmente duro en las colinas de Oxfordshire, pero con descripciones como esta, no me hubiese importado nada vivirlo junto a Susan...

"It was achingly cold, the wind coming north-east off the Fen made us cry. We ran down the steps and indoors, switched on the lamps and opened up the stove, made tea, shut out the weather, though we could still hear it, the wind made a thin, steely noise under doors and through all the cracks and crevices of the old house. But by six o'clock there had been one of those sudden changes. I opened the door to let in Hastings, the tabby cat, and sensed it at once. The wind had dropped and died, everything was still and dark as coal, no moonlight, not a star showed through the cloud cover, and it was just a degree warmer. I could smell the approaching snow. Everything waited..."



Otra de las imágenes de invierno que más me
gustan es más antigua, del s.XV; el mes de
febrero de Les Très Riches Heures du duc de
Berry
. Fijaos en los detalles y descubriréis
hasta las vergüenzas de los campesinos que
entran en calor cerca de la chimenea.
Y es que como bien dice Edith Siwell, "Winter is the time for comfort, for good food and warmth, for the touch of a friendly hand and for a talk beside the fire: it is the time for home"

En casa pues leí bastante (ya os hablaré un poquito más de los libros de ficción al final de la entrada), y una de las lecturas más fecundas fue el ensayo "Hiver, historie d'une saison" de François Walter. Resultó ser una lectura interesantísima, aunque menos lírica y narrativa de lo que imaginaba. Es un ensayo escrito en la más pura tradición de la historia cuantitativa. Abundan los datos demográficos, económicos y climatológicos, y para regocijo mio,  también hay pequeños apuntes de historia de las representaciones e historia cultural, las que más me interesan.

Una de las cosas que más disfrute fueron los análisis que Walter hace de algunos cuadros invernales de los maestros flamencos. Siempre me han fascinado. La dureza del cielo y de los árboles desnudos mezcladas con las diversiones de invierno. Fijaos en los detalles de la pintura de Bruegel el Viejo, Los cazadores en la nieve: la enseña de la posada se ha descolgado con la fuerza de la nevada; mientras, sus dueños hacen leña con muebles viejos. Una mujer arrastra a otra en un trineo sobre el lago helado, y en lo pueblos del valle, el humo de los hogares sale por las chimeneas. 
Me podría pasar horas especulando con todos los personajes del cuadro.

Aparte de leer también he dedicado bastante tiempo a otro de mis pequeños placeres, hornear con mi madre. Me encanta hacer repostería durante todo el año, pero aún más en invierno, cuando el calorcito del horno hace tan agradable estar en la cocina. Tarta sacher, varias cocas bobas, tarte tatin, galletas de avena con manzana y frutos secos, tarta de chocolate y mascarpone, bizcocho de manzana y nueces...ya veis que en nuestra casa el invierno huele a manzana y a canela. 
Lo que no hicimos (y no creo que nos atrevamos a hacer en la vida) es la receta del célebre Black Cake de Emily Dickinson. Por favor no os perdáis el video de su preparación: dos valientes cocineras, un gato, ambiente acogedor y ¡19 huevos! 
¡Ah! y prestad atención a la última melodía (a partir del min. 4.50) ¿no os suena de algo? Bueno yo es que soy muy friki con la música, pero es precisamente la canción que Rose y Jack bailan juntos en la cubierta de tercera clase del Titanic (mirad aquí). Madre mía que recuerdos...

Y quien dice cocina dice radio. No se si también os pasa a vosotros pero a mi me encanta  escuchar la radio mientras ando entre cacerolas, y en especial France Culture. Una de las emisiones que más me gustó escuchar este invierno fue la magnífica adaptación de Jane Eyre. Una buena forma de homenajear a Charlotte en este año de su bicentenario.

Lectura, repostería, radio... y como no cine. Fui a ver En el corazón del mar y Suffragettes. Las dos me gustaron, pero me supieron a poco; fijaos que a día de hoy apenas recuerdo ciertas escenas. Pero la película que me marcó profundamente fue The Homesman.

No voy a mentiros; esta película no es fácil ni comoda. Es dura, impactante en su horror y a la vez bella, bellísima en sus imágenes, en su música y en su mensaje. Aquí podéis ver una escena que a mi terminó por arrancarme las lágrimas. Inolvidable; y, en mi humilde opinión, un western realista de diez. 

Escenas de The Homesman.
Y, como prometí un poquito más arriba, termino con el repaso de las novelas que leí durante diciembre y enero. Una pizca de Rusia, Francia, Nueva Inglaterra, Australia; y una buena dosis de Reino Unido (no perdamos las costumbres).



A Town like Alice de Nevil Shute, fue una de las lecturas que me recomendasteis en el pasado aniversario del blog (perdonad pero ahora no recuerdo quien lo hizo). El caso es que disfruté muchísimo con la primera parte de la historia, con toda la trama de la invasión japonesa de Malasia y el cautiverio de Jean; pero una vez que la acción, y la protagonista, se trasladan a Australia vaciló mi entusiasmo. Me voy a reservar este libro como relectura, porque quizá haya sido un poco dura en mi primera impresión. 3/5

Pecheur d'Islande y Lady Rose and Mrs Memmery, fueron dos maravillosas lecturas. No os digo más ahora porque estoy dedicándoles su propia entrada. Solo avanzo que si os gusta Escocia y tenéis pensado comprar en breve un libro Persephone, no dudéis en haceros con Lady Rose.

Una chica en invierno de Philip Larkin, me hipnotizó. Si os digo la verdad, no sabría deciros porqué me fascinó tanto, porque pocas veces he leído un libro tan acerado, tan frío, tan sobrio. Los personajes se esconden en su mundo interior, celosos de mostrarse plenamente, el ambiente es inhóspito y la sensación final que me dejó la lectura es de que apenas fui testigo de una mísera parte de la historia de Katherine y Robin. Y aún así, se quedó conmigo. Si os animáis a leerlo yo os recomendaría cogerlo en la biblioteca. No es una edición barata y quizá la magia no actúe con todo el mundo. 4/5

The Lark de Edith Nesbit, fue una lectura encantadora. De esas comedias amables, típicamente inglesas que cautivan a tantos lectores. Cuenta la historia de dos jóvenes primas que heredan un pequeño cottage cerca de Londres y necesitan encontrar un medio para conseguir ingresos. Una floristería, una casa de huéspedes...los intentos se suceden con mayor o menor éxito. Lo que si está asegurado es una galería de personajes encantadores, una dosis de romance y un final feliz. Es cierto que algunos acontecimientos pecan de inverosímiles, de estar demasiado idealizados. Pero esto forma parte del encanto de la novela. Si os gusta D.E Stevenson, creo que podréis disfrutar con "The Lark". 4/5 Podéis leer la novela en este enlace ya que resulta muy difícil de conseguir en papel.

Guerra y paz de Lev Tolstoi, no se cuando, pero con todas las notas que cogí durante la lectura haré la reseña que merece este inmenso libro (y no lo digo únicamente por su número de páginas). 

Desde que el mundo existe de Rachel Field, 3/5 fue una de esas lecturas que disfruté pero no conservaré en la memoria. El libro está bien escrito y tiene pasajes muy bonitos, sobre todo cuando describe la costa de Maine; pero la historia de la familia Fortune, sus intrigas y desgracias, me recordó a otras ya leídas del mismo estilo. Esperaba encontrar más protagonismo del mar y del ocaso de los grandes veleros, el ingrediente que me llevó a comprar la novela. Pero estoy segura de que todos los que gusten de novelas pausadas, con pequeñas dosis de romance, enfrentamientos familiares y alguna venganza disfrutarán con ella. 3/5

Angel de Elizabeth Taylor también tendrá su reseña en el blog porque el personaje de la señorita  Angelica Deverell merece con creces una entrada.


Leyendo en casa. Pequeñas alegrías.
Y para terminar The ladies of Lyndon de Margaret Kennedy. Esta empezó con buen pie. La joven y distinguida Agatha está a puto de casarse con Sir John Clewer, propietario de Lyndon. No está enamorada de él, pero es un excelente partido, casi "impuesto" por su madre. Los primeros compases de la novela dejan entrever cierta rebeldía en Agatha, y una relación especial con James Clewer, el arisco y bohemio hermano menor de su futuro marido. Pero una vez contraído el matrimonio y con Agatha convertida en una de las ladies de Lyndon, todos mis pronósticos y esperanzas se deslizaron hacia el lado negativo de la balanza. 

La novela me pareció excelente en la descripción de la vida de la alta sociedad inglesa de la primera mitad del siglo XX, también en la caracterización de personajes, en especial James; pero no me convenció la forma en la que Kennedy continua la trama. Apenas se crean lazos creíbles entre los personajes y sus peripecias terminan resultando monótonas. Una pena porque partía de muy buenas bases.  2/5

Y hasta aquí el repaso de libros, momentos y demás cosillas de este invierno. Antes de despedirme quiero agradeceros a todos los cariñosos mensajes que dejasteis en la entrada del aniversario. Mañana por la mañana desayunaré con vosotros e iré respondiéndo como merecéis.
Un abrazo enorme y muy felices lecturas a todos.