viernes, 2 de septiembre de 2022

Septiembre...



Vuelve el fresquito y con él
las ganas de hornear repostería...

Ahora que por fin han quedado atrás los días de intenso calor (o, al menos, eso espero) vuelvo a escribir frente a la ventana de mi cocina. Fuera está lloviendo y creo que no soy la única que agradece la brisa que entra por la ventana desde primera hora de la mañana. 

Ayer empezó septiembre y, aunque la entrada al otoño no será oficial hasta dentro de unas semanas, ya se percibe en el ambiente el cambio de estación. Los niños volvieron ayer al colegio llenando con su alboroto los patios de los colegios que rodean mi calle. El barrio ha vuelto a la vida después del letargo del mes de agosto. Todo vibra de expectación y, como siempre, septiembre huele a libros nuevos y a nuevos comienzos. 

Yo lo empiezo entre nervios y calma; esperando ese instante en el que mi hijo decida que es la hora de llegar al mundo. Mi bebé de otoño llegará con las primeras hojas doradas y eso me hace tan feliz... Mientras tanto sigo disfrutando de días tranquilos en casa y de buenas lecturas. Después de 'One Fine Day' de Mollie Panter-Downes, 'Dinner with Edward' de Isabel Vincent y 'Tres veranos' de Margarita Liberaki (cuyas reseñas podéis leer en mi Instagram) saqué de la estantería un nuevo Barbara Pym y qué maravilloso acierto ha resultado ser. He empezado septiembre regresando a la campiña inglesa, a sus vicarios, a sus solteronas y a sus tardes de té  como quien vuelve a casa después de un largo viaje, y desde luego, no puede haber nada más reconfortante. Me está encantando 'A Few Green Leaves', la que fue su última novela y por supuesto os contaré con un poquito más de detalle en cuanto de buena cuenta de ella. 


'Tres veranos' ha sido la lectura perfecta
para despedir el verano.

Otros dos libros me acompañan estos días. El primero es una relectura que necesitaba hacer antes de que terminase el año: 'The Morville Hours' de Katherine Swift. Leí este libro durante los días más fríos del pasado febrero y me maravilló. He perdido la cuenta del número de esquinas dobladas que pueblan ahora mi ejemplar del libro. Me prometí a mí misma que volvería a él, a la paz que encontré entre sus páginas,  cuando estuviese a punto de llegar el otoño y con él el encuentro más importante de mi vida. Así que cumplo la promesa antes de que lleguen los días de poco sueño y contadas horas de lectura. El segundo es un romance ambientado en la Regencia que me está divirtiendo muchísimo y que se degusta con el mismo placer que un plato de profiteroles bien cargados de nata y chocolate. Por supuesto os contaré las impresiones de estas lecturas bien sea a través de Instagram o en una nueva entrada.

Por el momento solo me queda desearos un muy feliz septiembre a todos y una muy feliz entrada a la más bella de las estaciones. 

Un abrazo.

Marie 

sábado, 21 de mayo de 2022

En el tiempo de las lilas...

 

 
La delicada belleza de las primeras lilas...


Abrir la ventana, dejar entrar la primavera y ahuyentar el silencio de varios años.
Es tiempo de limpiar las telarañas del rinconcito y de volver a los orígenes. De regresar a donde todo empezó para continuar con más fuerza. 

Alrededor el mundo parece haberse puesto en marcha de nuevo y todo florece; lo hacen las lilas, las primeras rosas, incluso yo florezco con esta vida que crece poco a poco en mi interior.
Entre las manos tengo dos libros bellísimos que me acompañan en estos días de cielos azules y de calor intenso: 'Hamnet' de Maggie O'Farrell y 'No Time on my Hands' de Grace Snyder.

Este último empieza así:

"I grew up on the high plains of Custer County, Nebraska, where, as a child of seven and up, I wished three wishes and dreamed three dreams. I wished that I might grow up to make the most beautiful quilts in the world, to marry a cowboy, and to look down on the top of a cloud. At the time I dreamed those dreams and wished those wishes, it seemed impossible that any of them could ever come true." 

Queridos lectores, bienvenidos a una nueva temporada de lecturas en 'A Book a Day'. 
💕


Que nunca falten flores, té y buenas lecturas...